jueves, 11 de enero de 2024

Back in past

Ana se sumergió en la bulliciosa vida londinense, donde las brumas de sus recuerdos parecían diluirse en la actividad diaria de la ciudad. Su nueva posición como jefa de psiquiatría en el Hospital Central Regional de Suzdal Skaya le otorgó prestigio y responsabilidad, pero también le proporcionó la oportunidad de continuar con su labor como espía del ejército rojo en el ámbito internacional.

La primera base de su nuevo programa de psiquiatría era Londres, una ciudad que Ana había abandonado abruptamente cinco años atrás. Aunque su trabajo la mantenía ocupada, las sombras del pasado todavía la acechaban. Mientras caminaba por las calles familiares, una figura sospechosa captó su atención. Aunque el rostro se desvaneció rápidamente entre la multitud, un escalofrío recorrió su espina dorsal.

Pronto se encontró en su nueva oficina, donde sus jefes la recibieron con entusiasmo. La vida en Londres transcurría aparentemente normal, hasta que recibió una citación para una reunión en el Restaurante Mari Vanna, en Knightsbridge. Intrigada, Ana se dirigió al lugar, sin percatarse de la figura que la había inquietado minutos antes.

La cena transcurrió entre informes y discusiones sobre el nuevo programa. Sin embargo, en un rincón de su visión periférica, Ana detectó una presencia familiar. Allí, desaliñado y con una mirada triste, se encontraba Sherlock Holmes. El corazón de Ana latió con fuerza ante la sorpresa de ver al hombre que había dejado atrás, pero que nunca había olvidado.

Al finalizar la reunión, Ana se sintió impulsada a buscar a Sherlock. Sin embargo, al salir del restaurante, ya no había rastro de él. La duda se instaló en su mente, y una sensación de nostalgia y anhelo la envolvió. ¿Había sido una ilusión? ¿O Sherlock Holmes, el detective insondable, estaba realmente presente?

Lo que Ana no sabía era que, desde la penumbra, Sherlock la observaba. Había decidido acercarse, pero el miedo lo detenía. Temía no volver a verla, temía enfrentar el pasado y sus propios sentimientos. Mientras Ana se perdía en la ciudad, Sherlock permanecía en la distancia, como si aquel encuentro fugaz fuera la última vez que podrían compartir un momento juntos.

El destino, como un juego de ajedrez, movía sus piezas en las calles de Londres. Ana, ajena al juego en el que estaba involucrada, se sumergía en su nueva vida y en la incertidumbre de un reencuentro que parecía inevitable. Sherlock, desde la sombra, luchaba con sus propios demonios, dispuesto a enfrentar el pasado que se cernía sobre ellos.




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