sábado, 17 de febrero de 2024

Dolor

En las profundidades del Infierno, donde la oscuridad envolvía todo y los gritos de tormento llenaban el aire, habitaba un demonio llamado Mario. Forjado en las llamas del abismo, su existencia estaba marcada por la crueldad y el sufrimiento que infligía a los mortales. Sin embargo, con el pasar de los eones, una sensación de vacío y desesperación comenzó a carcomer su ser.

Aburrido de la vida infernal y desencantado de su propia naturaleza, Mario decidió abandonar su reino de sombras y dirigirse hacia la Tierra en busca de algo que le diera sentido a su existencia. Fue allí donde conoció a Mariana, una mujer almirante cuyo coraje y determinación lo cautivaron, pero cuya luz resaltaba dolorosamente en su oscura alma.

Entre ellos surgió un amor prohibido, marcado por la sombra de Mario y la luz radiante de Mariana. Juntos, enfrentaron los retos y peligros que les deparaba el destino, pero incluso en la calma de su amor, la sombra del Infierno siempre los acechaba. Se casaron en secreto, tratando de encontrar refugio en los brazos del otro en un mundo que los rechazaba.

Cuando Elena llegó a sus vidas, su presencia pareció traer una chispa de esperanza. Sin embargo, esa luz pronto se oscureció cuando Mariana fue arrebatada de ellos en una misión mortal. La oscuridad se cerró sobre Mario y Elena, envolviéndolos en un manto de desolación y dolor.

Elena, atormentada por la culpa y la pérdida, se sumió en la desesperación mientras luchaba por encontrar un propósito en un mundo que parecía haber perdido todo significado. Mario, consumido por la culpa y el dolor, se aferró a su hija con desesperación, pero la sombra de su propio pasado seguía acechándolos.

Cuando Elena sufrió el accidente que la dejó en un estado vegetativo persistente, el mundo de Mario se desmoronó por completo. Atrapado en una espiral de desesperación y dolor, se sumió en la oscuridad más profunda, donde solo el amor por su hija parecía mantenerlo a flote.

A pesar de todo, Mario se aferró a su hija con una determinación feroz, jurando protegerla hasta el final de sus días. En la oscuridad de su dolor, encontró una nueva razón para vivir: cuidar y proteger a Elena, incluso si eso significaba enfrentarse a la oscuridad que seguía acechándolos. Y así, en un mundo marcado por la tragedia y el sufrimiento, Mario y Elena se aferraron uno al otro, luchando por encontrar una luz en la oscuridad que los rodeaba.

jueves, 15 de febrero de 2024

Un puñal en el corazón: una revuelta de emoción.

Con el corazón destrozado, Edgard abandonó la iglesia, sintiendo el peso de sus acciones sobre sus hombros. El disfraz de monje se había vuelto una carga que apenas podía soportar mientras sus pensamientos se enredaban en un torbellino de remordimiento y desesperación.

De vuelta en el palacio, cada paso pesaba como una losa sobre su conciencia. Ansiaba encontrar a MEL, esperando poder disipar sus dudas y restaurar la confianza perdida. Sin embargo, al llegar a su habitación, se encontró con la puerta cerrada y el silencio como respuesta a sus llamados.

Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, Edgard golpeó la puerta con insistencia, rogando a MEL que le permitiera entrar y hablar. Pero sus súplicas fueron en vano. Solo el eco de su voz resonaba en el pasillo vacío.

Con el alma hecha jirones, Edgard se derrumbó frente a la puerta, dejando escapar un sollozo angustiado. Había perdido a la mujer que amaba, y la culpa pesaba sobre él como una losa. ¿Cómo pudo haber permitido que las sombras de la duda y la desconfianza se interpusieran entre ellos?

Mientras tanto, en el interior de la habitación, MEL luchaba con sus propias emociones. Sus lágrimas se confundían con la lluvia que golpeaba la ventana, y su corazón se debatía entre el deseo de perdonar y el miedo a ser herida nuevamente. Había tomado una decisión difícil, una que esperaba que fuera la clave para liberarse del dolor que la consumía.

A pesar de escuchar los gritos de Edgard, MEL se mantuvo firme en su determinación. Sabía que la separación sería dolorosa, pero también creía que era el camino hacia su propia sanación. Con un suspiro cargado de resignación, se apartó de la puerta y se adentró en la oscuridad de su habitación, dejando atrás el eco de las palabras no dichas y los corazones rotos.

Así, en medio de la tormenta emocional que los envolvía, MEL y Edgard se encontraban separados por la distancia y el dolor, incapaces de encontrar las palabras que pudieran unir sus corazones una vez más. Y mientras el reloj marcaba el paso del tiempo, el destino aguardaba en silencio, tejiendo los hilos de un nuevo capítulo en la historia de su amor.




sábado, 10 de febrero de 2024

Un puñal en el corazón.

Había una vez, en un reino lejano, una condesa llamada María Elena Luisa Báthory de Ecsed. Era conocida por su belleza insuperable: su cabello castaño caía en ondas hasta los hombros, sus ojos marrones irradiaban profundidad, sus labios lucían un carmesí encantador y su piel morena era suave como la seda. María Elena Luisa, o MEL como la llamaban sus seres queridos, estaba felizmente casada hacía cinco años con el apuesto príncipe Edgard de Borbón. A pesar del amor que compartían, MEL permitía que Edgard hiciera lo que quisiera, incluso tener fiestas excesivas, en un intento de no sofocar su libertad y, quizás, mantener viva la chispa del amor.

Sin embargo, con el tiempo, Edgard comenzó a distanciarse de MEL. Sus muestras de afecto disminuyeron y su atención se desvió hacia otras mujeres. MEL, desesperada por reconquistar su amor, intentó de todas las maneras posibles recuperar la conexión perdida. Pero sus esfuerzos fueron en vano cuando una noche descubrió a Edgard en flagrante adulterio. El dolor de la traición se clavó en su corazón como un puñal.

Desde esa noche fatídica, MEL cambió. Se sumió en un silencio profundo, sin expresar su angustia ni su desesperación. Decidida a enfrentar su dolor en privado, comenzó a salir del castillo todas las noches, regresando solo cuando la oscuridad envolvía el cielo. Este patrón se repitió una y otra vez, mientras MEL luchaba internamente con sus emociones.

Por su parte, Edgard comenzó a notar el cambio en su esposa. La vio distante, hostil y evasiva, lo cual despertó sus sospechas y avivó su orgullo herido. Convencido de que MEL le era infiel, decidió seguir sus pasos una noche, determinado a descubrir la verdad detrás de su comportamiento.

Sigilosamente, Edgard la siguió hasta una antigua iglesia. Observó desde las sombras mientras MEL entraba en el lugar sagrado. Confundido y desconcertado, se preguntaba qué podría llevar a su esposa a buscar refugio en ese lugar en medio de la noche. Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, se aventuró tras ella, decidido a obtener respuestas.





domingo, 4 de febrero de 2024

A hellish sky.

Había una vez en el cielo un ángel femenino llamado HAL. Su belleza era conocida en todos los rincones celestiales, pero lo que la destacaba aún más era su valentía. HAL no temía enfrentarse a las adversidades para proteger a aquellos que necesitaban ayuda.

Un día, mientras patrullaba los cielos, HAL se encontró con una sombra extraña. Era un hombre guapo de cabello castaño y ojos azules, con grandes alas grises. Era Lucifer, el ángel caído que en un tiempo lejano había sido el más hermoso, sabio y poderoso.

Lucifer notó a HAL y no pudo evitar fijarse en su gran belleza. Sin embargo, en lugar de elogiarla, la cuestionó: "¿Por qué alguien como tú le sirve?". HAL, siempre valiente, se puso a la defensiva sin responder. Lucifer continuó hablando, intrigado por la presencia de HAL: "Alguien como tú debería ser libre. ¿Cómo te llamas?" HAL guardó silencio, pero la curiosidad de Lucifer lo llevó a profundizar: "Veo que la desconfianza hacia mí se ha esparcido hasta los nuevos rincones celestiales". A pesar de su cautela, HAL no pudo ignorar la melancolía en los ojos de Lucifer. Entre la oscuridad de sus alas grises, había una sombra de soledad y arrepentimiento. Finalmente, HAL reveló su nombre, y Lucifer continuó cuestionando por qué le servía a alguien que solo traía confusión y tristeza. Sintiendo la determinación de HAL, Lucifer decidió revelarle su historia. Contó cómo, en un tiempo lejano, había sido el favorito del Creador, pero su orgullo y deseo de independencia lo llevaron por un oscuro camino. La rebelión lo apartó del reino celestial, condenándolo a una eternidad en las sombras. HAL escuchó en silencio, sintiendo la tristeza en las palabras de Lucifer. Aunque sus corazones pertenecían a diferentes esferas, HAL no pudo evitar compadecerse de la soledad del antiguo ángel caído. Lucifer la llevó al infierno, donde pasaron días hablando de todo un poco y descubriendo que tenían muchas cosas en común. Las conversaciones hacían que sus corazones se unieran cada vez más. Un día, HAL se dio cuenta de que se había enamorado de Lucifer, una confusión emocional que no podía ignorar. Pero para su sorpresa, Lucifer también se había enamorado en secreto de HAL. Esa noche, HAL se retiró pensativa, sintiéndose confundida y triste, queriendo alejarse de Lucifer. Pero él apareció de repente, elogió su belleza bajo la luz de la luna llena y admitió sentir un amor eterno por ella. HAL, con lágrimas en los ojos, confesó su amor por Lucifer, y él correspondió diciendo que siempre la había amado.
Esa misma noche, sin invitados, HAL y Lucifer se casaron, sellando su amor eterno. Tuvieron noches apasionadas de amor, siendo una gran compañía amorosa el uno al lado del otro, desafiando las expectativas y encontrando la felicidad en su conexión única en el cielo y el infierno.



viernes, 2 de febrero de 2024

Can I rewrite?

Can I rewrite?

I don't think so,

Because my thought

You want to do it but it's not right.


I want to rewrite

Because my soul sees it necessary,

but it is inappropriate,

incongruent and incompetent.


I want to create,

at the same time I want to recreate

Because many works, for me,

That shouldn't have been his end.


Nothing stops me,

Except my mind,

What do you want to convert?

To many works in a happy ending.




¿Puedo reescribir?

 ¿Puedo reescribir?

Creo que no,

Porque mi pensamiento

Quiere hacerlo pero no es correcto.


Quiero reescribir

Porque mi alma lo ve necesario,

pero es indebido,

incongruente e incompetente.


Quiero crear,

a la vez quiero recrear

Porque muchas obras, para mí,

Ese no debió ser su fin.


Nada me detiene,

Excepto mi mente,

Que quiere convertir

A muchas obras en un final feliz.




jueves, 18 de enero de 2024

Jeff's Life

En la tranquila morada de Jeff y Laura, donde la luz de su amor había desterrado las sombras del pasado, se avecinaba una noche de oscura tormenta. Jeff, sintiendo una llamada desconocida, salió por un breve momento, dejando a Laura en la quietud de su hogar. No tardó en toparse con una figura misteriosa que se deslizaba entre las sombras.

Bajo la luz de un farol en la calle desierta, Jeff se encontró cara a cara con un espectro de su pasado, su hermano Liú, desfigurado por el tiempo y consumido por un odio profundo. La luz reveló los estragos de la venganza en su rostro desfigurado, una manifestación de la perdición que lo había envuelto.

"Jeff...", murmuró Liú con una voz distorsionada por la furia, mientras las sombras danzaban en su semblante distorsionado. La historia trágica de Liú, llena de pérdida y venganza, se desplegó como un cuervo negro en el cielo tormentoso.

Liú, envuelto en la oscuridad de su propio tormento, reveló sus intenciones de terminar con la historia que los hermanos habían comenzado años atrás. La envidia ardía en su pecho al ver la familia que Jeff había construido, algo que él mismo había perdido.

De vuelta a la casa de la infancia, los hermanos se sumergieron en una danza letal, entre recuerdos atormentados y rencores sepultados. Pero Jeff, a pesar de ser el más experimentado, no deseaba herir a su hermano.

"Liú, esto no lleva a nada bueno", clamó Jeff en medio de la danza mortal.

Ignorando las palabras de su hermano, Liú avanzó con una ferocidad impulsada por años de amargura. Sin embargo, antes de que su golpe pudiera encontrar su destino, un golpe contundente resonó en la oscuridad, dejando a Liú aturdido en el suelo.

Era Laura, la luz en la vida de Jeff, quien había intervenido para proteger a su esposo. La tensión en el aire no desapareció; de hecho, se intensificó cuando Laura reveló que estaba a punto de dar a luz.

"Ah, ¡mis contracciones!", exclamó Laura entre gemidos de dolor, y el tormento exterior se vio eclipsado por el nacimiento inminente de su hijo.

En el hospital, entre luces parpadeantes y sombras en las esquinas, nació su hijo en medio de la turbulencia emocional. Jeff, consciente de que su hermano seguía siendo una amenaza, decidió llevar a su familia a un lugar remoto, lejos de las sombras del pasado.



Dolor

En las profundidades del Infierno, donde la oscuridad envolvía todo y los gritos de tormento llenaban el aire, habitaba un demonio llamado M...