lunes, 11 de diciembre de 2023

Un misterioso festival.

El viento soplaba frío a través de los oscuros pinos en las afueras de Öbro, Suecia. La luna llena iluminaba un festival llamado Midsommar, pero su brillo solo servía para acentuar las sombras misteriosas que se cernían sobre el lugar. La psiquiatra militar HAL, con su corazón aún perturbado por la misión de rescate de trata de personas que había experimentado, llegó al lugar en busca de un respiro, ajena a la oscuridad que aguardaba.

Al ingresar al festival, HAL sintió una inquietante atmósfera que le puso los pelos de punta. Pero lo que más la cautivó fue el misterioso director del festival, un hombre de 40 a 50 años llamado Roberto. Era atractivo, pero su mirada tenía un brillo inquietante que inmediatamente atrajo la atención de HAL.

Roberto, a su vez, no pudo evitar quedar hipnotizado por la belleza de HAL y su expresión seria. Desde el primer encuentro, algo más allá de la simple atracción pareció conectarse entre ellos.

Sin embargo, el idilio pronto se tornó aterrador. HAL presenció una perturbadora escena con ancianos locales participando en rituales oscuros que helaron su sangre. La desesperación la invadió cuando se dio cuenta de que no podía hacer nada para evitarlo, y finalmente cayó desmayada.

Al recobrar la conciencia, HAL se encontraba en la enfermería del festival, con Roberto a su lado, mirándola con una expresión grave. "¿Nunca había visto algo así, doctora?", preguntó Roberto. "Porque nuestra cultura es así, cuando sienten que llega el final, simplemente lo hacen".

Las palabras de Roberto solo sirvieron para aumentar la curiosidad de HAL hacia él, pero, sobre todo, despertaron sentimientos en su corazón que no podía ignorar.

Una noche, HAL siguió a Roberto hasta un acantilado, observándolo en silencio desde la distancia. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que alguien más los espiaba. Al sentirse observada, HAL se retiró al festival, sin saber que el corazón de Roberto también se había fijado en ella, pero su timidez lo impedía.

Al día siguiente, un evento en el centro de Öbro la dejó desorientada. Roberto la encontró tambaleándose y la sostuvo en sus brazos. En ese momento, ambos sintieron una conexión que iba más allá de las palabras, pero ninguno se atrevió a expresar lo que sentía.

Al día siguiente, durante un tradicional baile en el campo, HAL se resistió a bailar con Roberto, pero él la persuadió. Durante el baile, el deseo de expresar sus sentimientos los atormentaba, pero HAL se apartó repentinamente y huyó a su habitación, llena de miedo por la intensidad de sus emociones.

Mientras empacaba sus maletas y lloraba, HAL se preguntaba: "¿Qué me está pasando?". Pero su desesperación la llevó a tomar una decisión desesperada: escapar del festival.

Esa noche, HAL huyó y se encontró con unas luces misteriosas en la granja del festival. Se acercó y observó una escena completamente inquietante: un grupo de personas bailando extrañamente, pero Roberto estaba sentado en el centro, participando en un ritual perturbador. La tristeza y la amargura llenaron su  rostro mientras era acariciado por los demás.

Cuando Roberto notó la presencia de HAL, la miró con asombro. Ella comenzó a correr sin rumbo, perseguida por él, pero Roberto finalmente la alcanzó. "¡Déjame en paz!", gritaba HAL mientras pataleaba. "¡Te amo!", le respondió Roberto, abrumado por sus propios sentimientos.

Ambos se besaron apasionadamente en medio de la noche. "Yo también te amo, Roberto", respondió HAL entre lágrimas. Pasaron una noche apasionada, dejando que sus corazones se expresaran finalmente después de tanto tiempo. Su amor, nacido en medio de lo perturbador, era inquebrantable y único, una melodía macabra que resonaría eternamente en sus almas atormentadas.



https://www.olyrix.com/oeuvres/556/lohengrin/photos/35864/roberto-alagna-lohengrin-par-calixto-bieito-1

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